La Casa Ciudadana, Una Constitución para todos
Los ciudadanos somos libres y tenemos la capacidad de decidir de acuerdo al interés de cada ser humano. Vivimos en comunidad y nuestra libertad termina donde empieza la libertad de la otra persona.
Es fundamental que el Estado asegure y promueva el respeto a nuestras libertades para que todos sus ciudadanos puedan desarrollarse y logren su propia felicidad. Asimismo, como sociedad debemos fomentar la solidaridad, la libertad plena es la que considera al resto, es una libertad sustentable y en equilibrio.
Creemos en la democracia, como sistema político que cree las condiciones necesarias para una buena convivencia social, en donde todos los ciudadanos tengamos la oportunidad de ser parte de las decisiones del País escogiendo a representantes, para de esta forma tener una sociedad madura, que nos garantice desarrollo y nos asegure mejores condiciones de vida.
La institucionalidad es la base sobre la cual se organiza el Estado, entregándonos normas y estructuras claras que facilitan el desarrollo de las personas y de la sociedad en su conjunto, de manera pacífica y regulada. De esta manera, buscamos velar por el respeto a la institucionalidad vigente y por su correcto funcionamiento, para que ésta sea siempre transparente y eficiente. En Chile las instituciones funcionan y deben seguir funcionando.
El desarrollo de las personas y el ejercicio pleno de todas sus libertades, sólo es posible cuando no existe la violencia y se garantiza la seguridad. En este sentido, promovemos la paz y rechazamos.
Los ciudadanos, por naturaleza, vivimos en comunidad, de ahí la importancia de que toda sociedad se construya sobre la base del buen trato, el cual incluye valores como el respeto mutuo, la empatía y la tolerancia, habilidades que contribuyen a convivir de manera tranquila, reconociendo el especial valor que cada persona aporta a la sociedad.
